The Walking Conurban, una idea que reúne divertidas fotografías del ingenio y la estética bonaerense

La cuenta en redes que comenzó prácticamente como una broma entre amigos luego de una fallida travesía por el sur bonaerense un día de lluvia torrencial, inundaciones y ráfagas de viento, fue ganando adeptos y actualmente recibe más de 50 fotografías por día de los fanáticos que colaboran con estas postales surrealistas, curiosas e inesperadas.

La cuenta en redes que comenzó prácticamente como una broma entre amigos luego de una fallida travesía por el sur bonaerense un día de lluvia torrencial.

La cuenta de Instagram y Twitter de The Walking Conurban, con más de 200 mil seguidores, es el divertido proyecto de cuatro amigos de Berazategui que publican cada día fotografías que exhiben los rincones más inadvertidos del Gran Buenos Aires, un conjunto de imágenes inesperadas que trazan el hábitat de 24 partidos bonaerenses donde residen cerca de once millones de personas, y que van desde un tanque de agua con forma de pava en Tres de Febrero, un boliche bailable con reminiscencias a la arquitectura persa en San Miguel o un castillo abandonado y tenebroso en Plátanos.

Con un juego de palabras entre la amplísima y diversa área que rodea a la ciudad de Buenos Aires y la serie de terror ambientada durante un apocalipsis zombi, la cuenta en redes que comenzó prácticamente como una broma entre amigos luego de una fallida travesía por el sur bonaerense un día de lluvia torrencial, inundaciones y ráfagas de viento, fue ganando adeptos y actualmente recibe más de 50 fotografías por día de los fanáticos que colaboran con estas postales surrealistas, curiosas e inesperadas.

Al ‘scrollear’ la cuenta se puede encontrar por ejemplo una persona que camina por una calle vacía de casas bajas con un vestido rojo y una cabeza de disfraz inmensa de Peppa la cerdita; una tienda comercial que homenajea con su nombre a un personaje de Los Simpsons, aunque escrito de manera curiosa -1.000 House-; una fuente en el Tigre que simula El Jardín de las Delicias de El Bosco; o un epígrafe que reza “Yo comí y pagué” para acompañar la imagen de un restaurante con una foto de Maradona apodada “La bondiola no se mancha”.