Su emblemático Sonny Corleone fue solo uno de los grandes papeles en los que brilló, en una larga carrera que también incluyó algunos momentos personales muy oscuros.
“‘Misery’ fue una broma privada, ‘Consigamos al más neurótico actor de Hollywood y pongámoslo en una cama quince semanas”.
James Caan está mostrando sus cicatrices de guerra. “Tengo 14 tornillos en mi hombro izquierdo, seis en el derecho y tres en el codo”, presume. “Uno en mi muñeca, dos en la otra muñeca y uno en cada tobillo.” Forman un mosaico que se entrelaza con la mortalidad. Hubo un accidente de motocicleta, una extensa cirugía de espalda, y un momento en el que casi se arrancó un pulgar en un accidente de rodeo. Eso fue en 1975, y tuvo que volar a Londres unos días después para la premiere real de Funny Lady. Su coestrella Barbra Streisand saludó a la Reina vistiendo una capa rosa. Caan estaba en la fila con su mano derecha envuelta en vendas y su pulgar apuntando al aire, como los guantes de goma que se ven en las tribunas de fútbol. Se ríe sobre el estado de sus huesos. “¡Me rechazaron en la maldita fábrica de pegamento!”
Caan puede tener 80 años y estar sostenido por diferentes piezas metálicas, pero no hay nada de qué preocuparse: siempre hubo algo de indestructible en él. Seguro, su calenturiento caporegime Sonny Corleone no llegó a El Padrino II, pero el resto de su curriculum vitae es prácticamente una guía de supervivencia para todos los peligros potenciales de la vida: fue colocado contra gangsters y policías corruptos en Mi profesión: ladrón (Michael Mann, 1981); estrella del asesinato esponsoreado por el Estado en Rollerball (Norman Jewison, 1975); y aprentemente indefenso contra una superfanática de maza en mano en Misery (Rob Reiner, 1990).
Décadas de excesos fuera de cámaras -las drogas, los matrimonios múltiples, el año que pasó viviendo en la Mansión Playboy tras un mal divorcio- solo agregaron espesor a la mitología. De manera no muy diferente a la de Sonny Corleone, es el arquetípico tipo peligroso con un corazón de oro. A veces fue una carga. “Siempre me elegían para hacer del Gran Tipo Duro o el Señor Héroe”, dice. “No me dejaron hacer mucho más.”