Mónica Ojeda: “La literatura es un fracaso tierno que dice mucho de quiénes somos como especie”

La escritora ecuatoriana afianza en su libro “Las voladoras” la potencia narrativa que la ha convertido en una de las grandes promesas de la literatura en español.

Con textos de escritura descarnada y poética que hablan de mujeres abusadas y avasalladas por hombres pero en los que se narra también la desprotección de la infancia frente a la institución familiar, la escritora ecuatoriana Mónica Ojeda afianza en su libro “Las voladoras” la potencia narrativa que la ha convertido en una de las grandes promesas de la literatura en español.

La obra de esta escritora nacida en 1988 es una apuesta permanente a la ruptura del sentido común. Sus novelas “Mandíbula” o “Nefando” y ahora también de este volumen de cuentos, quiebran las referencias unívocas: el dolor se funde con el placer, las víctimas del patriarcado pueden ser también victimarias, el horror puede dar lugar a algún tipo de belleza, y el daño a los niños llega muchas veces de las estructuras que el imaginario atado a la biología cifra como espacios de amor y protección.

En “Las voladoras” (Páginas de espuma), Ojeda avanza con su retahíla de fluidos y cuerpos putrefactos o malolientes siguiendo los pasos del poeta austríaco Rainer María Rilke cuando postula “Deja que todo te suceda: la belleza y el espanto. Sólo sigue caminando. Ningún sentimiento es definitivo”. Y así, con formas poéticas que se deslizan en la espacialidad del cuento, la narradora construye un universo alegórico tan violento como hipnótico.

Autora de “Mandíbula” -que captó la atención de los editores del prestigioso sello francés Gallimard- y presente en antologías que condensan las nuevas voces de la narrativa iberoamericana, ofrece en este volumen un conjunto de ocho relatos centrados en mujeres oprimidas y maltratadas por hombres, como “Cabeza voladora” o el relato que da nombre al libro, mientras que en otros textos como “Caninos” lo que se narra es la desprotección de niñas libradas al desquicio de sus progenitores, sometidas a experiencias de las que no lograrán salir indemnes.

Las historias están ambientadas en la geográfica volcánica de su Ecuador natal y se inscriben en lo que se ha dado en llamar “gótico andino” -una variante del género que se vale de la mitología de la región para plantear historias que bordean el fantástico y el terror- pero lo cierto es que Ojeda las escribió en la buhardilla madrileña desde la que espera desde hace unos años que la reconozcan como residente española. Curiosamente, la crítica de allí alaba sus textos y el periódico El País acaba de elegir a “Las voladoras” como uno de los mejores libros del 2020.

“Solicité la tarjeta por familiar de comunitario. Presenté todos los documentos, incluso los que parecían imposibles. Según la ley de extranjería yo cumplía con todos los requisitos para la obtención de mi tarjeta. Sí, pero luego de meses me la denegaron )…) Este es, hasta el día de hoy mi peregrinaje para obtener papeles en España”, posteó hace unos días en su cuenta de Twitter.

Ojeda estuvo casada con un español del que se divorció tras una historia que incluyó episodios de violencia de género.