Gallardo lo dejó 64 minutos en cancha: convirtió, antes de retirarse, el primer gol ante Banfield. El 10 sumó fútbol pensando en Paranaense.
Sólo era cuestión de usar la cabeza. Ese salto de Robert Rojas para habilitar a un jugador que, en silencio, aparecía por el segundo palo para empujar a la red la pelota… Sólo era cuestión de usar la cabeza. De aparecer por el segundo palo con inteligencia. Y, entonces, ¿quién mejor que él? Ignacio Martín Fernández, el Cerebro de un River que lo extrañaba y que, a su regreso, celebró su aparición goleadora.
Nacho tardó diecisiete días en volver a jugar. Un desgarro en el recto anterior de la pierna izquierda sufrido precisamente ante Banfield, en aquella derrota en Avellaneda que había sacudido los pronósticos, lo dejó afuera del primer tramo de la fase de grupos de la zona. Sin embargo, regresó. Y en las vísperas de un partido clave en Curitiba, ante Athletico Paranaense, por los octavos de final de la Libertadores.