Trás múltiples allanamientos los pesquisas de la Policía Bonaerense los cobardes asesinos estaban refugiados en Burzaco.
Se trata de un hombre y una mujer jovenes pero mayores de edad luego de 48 horas de intensa búsqueda tras el despiadado crimen del joven Fernando Marino en un intento de robo en Adrogué, un hombre y una mujer fueron detenidos este miércoles en la zona sur del Gran Buenos Aires por orden de la Justicia. Son los sospechosos de haber cometido el asesinato durante el mediodía del lunes.
Cinco allanamientos simultáneos llevó a cabo sobre el final de la tarde del miércoles la Policía Bonaerense por orden del juez de Lomas de Zamora Gabriel Vitale, quien aceptó el pedido de la fiscal Mabel Lois que investiga los hechos.
Los acusados por el crimen del joven repartidor de 28 años son una pareja joven que, según los investigadores, quisieron robarle a Marino a bordo de una moto azul.
Los sospechosos estaban en la casa de uno de los padres de ellos porque la propia está en refacción. Pero allí los investigadores encontraron elementos posiblemente vinculados directamente con el hecho: un casco de moto y un chaleco que son similares a los que se ven en las cámaras de seguridad que registraron momentos del ataque. También hallaron un arma 9 milímetros. La aprehensión se llevó a cabo en Adrogué.
“Algunos allanamientos dieron negativo pero pudimos aprehender a las dos personas indicadas como posibles autores del hecho, estaban refugiados en la casa del padre de uno. Se secuestró todo el material que va a servir para la causa”, indicó una fuente del caso.
Según contaron los investigadores, además una persona sirvió para identificar a los sospechosos después de ver el video del ataque por la televisión. Ese testigo los pudo reconocer e incluso aportó el dato de las redes sociales de la pareja.
A partir de eso, la hipótesis de que serían los autores del crimen se consolidó, ya que notaron actividad extraña en sus redes. Especialmente empezaron a borrar fotos donde se les veía la cara.
Se estima que el hombre detenido manejaba la moto y la mujer iba atrás. Por lo que podría haber sido ella quien disparó a Marino. “Es muy probable”, admitió uno de los investigadores.
El joven de 28 años, que hacía pocos días había emprendido un nuevo trabajo como repartidor, recibió un disparo en la axila desde el arma de uno de los dos asaltantes que quisieron robarle y murió poco después.
Ocurrió el último lunes, cerca de las 13. Marino conducía la Renault Kangoo gris que era de su papá por la calle República de Italia al 900. Debía entregar un pedido y buscaba la dirección de destino. Por eso conducía a muy baja velocidad cuando una moto azul sin patente y con dos personas a bordo lo interceptó para, se cree, robarle.